Sombras sobre luces

“Cuando fotografías personas en color, fotografías su ropa. Cuando fotografías personas en blanco y negro, fotografías su alma”

Ted Grant, fotoperiodista

El proceso fotográfico es complejo. Las opciones son mucho más numerosas de lo que a primera vista podría parecer. Para algunos fotógrafos lo importante es simplemente la luz, que es la que marca las texturas, los relieves, las líneas… y a partir de ella se construye la fotografía. Para otros –y coincido con ellos- tiene que ver más con una experiencia vital, así que lo creado no tiene que ver con la luz sino con lo que el paisaje contemplado genera dentro de nosotros y que hace que nos sintamos atraídos, o no, por unos elementos u otros. A veces al contemplar el paisaje aparece una idea en mi cabeza que no termina de encajar: los colores, las formas, las líneas, la textura, el orden o el desorden…

…hay algo ahí que nos evoca, nos atrae, dialoga con nuestra mirada. Pero falta encontrar el equilibrio, el sentido, la fuerza de la imagen. Y encontrar este sentido implica probar y equivocarse muchas veces, lo cual puede ser frustrante en la medida en que la idea pensada no termina de concretarse en una imagen sugerente.

Por otro lado pensamos siempre que vamos a ser capaces de mostrar en nuestras fotografías la experiencia vivida o sentida, y esto no es fácil de evocar y compartir en la imagen. En realidad una buena fotografía siempre debería ser así.

El paisaje en blanco y negro nos muestra la realidad de manera distinta: nos traslada al pasado, es más misteriosa y sugerente que el color, donde estamos inmersos continuamente. Si no hay una referencia clara, las fotografías podrían estar hechas ahora, o hace veinte años.

Sueños de oriente

Podemos utilizar los altos contrastes llevándolos al límite haciendo desaparecer casi por completo los grises, hasta conseguir pinceladas negras sobre un lienzo blanco. Cuanto más contrastada, la fotografía aparenta ser más misteriosa. Así es la obra del fotógrafo Michael Kenna, que juega con las formas y con la luz, tratando de simplificar al máximo el paisaje para conseguir fotografías minimalistas. O podemos utilizar la profundidad, las luces y las texturas en el paisaje y en los rostros de las gentes, como lo hace magistralmente Sebastiao Salgado en su obra. O transformar un objeto simple y cotidiano en algo bello y lleno de ironía, como Chema Madoz. Tres fotógrafos con obras en blanco y negro muy diferentes y que a mí me encantan.

Taxus

Los espacios vacíos que se generan con el blanco y negro acaban con los colores, pero a la vez los “reviven” en forma de profundidad, o amplitud de imagen. El blanco y los espacios vacíos no nos muestran una realidad incolora o monótona, sino que nos hace ver el mundo desde una perspectiva diferente, donde los vacíos proporcionan espacios para sentir y pensar acerca de la fotografía que contemplamos. También hay belleza en las sombras, en las transiciones de los grises y oscuros hasta confundirse con el negro absoluto, generando inquietud y misterio.

En cualquier caso transformar un paisaje al blanco y negro puede hacerlo más subjetivo y emocional que dejarlo en color, puede transformarlo en algo sutil y misterioso, o por el contrario más evidente. O hacerlo más simple y limpio y llenarlo de vacíos. O hacerlo más íntimo y profundo. O más oscuro y tenebroso.

Urbasa

Pero fotografiar en clave de blanco y negro me parece más complicado (otros dicen que es más sencillo): no solo el paisaje debe “emocionar”, sino que además, al eliminar los colores tenemos que jugar con la “esencia” de una buena fotografía: las líneas, las formas, las texturas, los tonos o los volúmenes. Hay que intentar mirar a través de la cámara en clave de luces y sombras, imaginar los colores en grises, cuidar la composición, reducir el paisaje observado a la mínima estructura para que sea legible, intentar visualizar el resultado en nuestra cabeza antes de la toma. Esto requiere un aprendizaje largo, y no siempre se consigue. La otra opción es jugar después con el procesado en el ordenador, hasta que la imagen que tenemos en color cristalice en algo interesante.

Como a mí todavía me falla la primera opción (aprender a “ver” en blanco y negro), he estado rebuscando y experimentando digitalmente con algunas de mis fotografías favoritas hasta encontrar algunas que acentuando los contrastes, en blanco y negro, cobran más fuerza y me parecen bellas. Aquí van algunas, espero que os gusten.

Nogal
Jarales

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

  Acepto la política de privacidad

Información sobre protección de datos

  • Responsable de los datos: paisajesimaginados informa que los datos de carácter personal que nos proporciones rellenando el presente formulario serán tratados por Jesús María Sanz como responsable de esta web.
  • Finalidad: La finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales que te solicitamos es para gestionar los comentarios del blog así como para el envío de emails con las nuevas publicaciones del blog.
  • Legitimación: Al marcar la casilla de aceptación, estás dando tu legítimo consentimiento para que tus datos sean tratados conforme a las finalidades de este formulario descritas en la política de privacidad.
  • Destinatario: Como usuario e interesado te informamos que los datos que nos facilitas estarán ubicados en los servidores de guebs (proveedor de hosting de paisajesimaginados) dentro de la UE. Ver política de privacidad de Guebs.
  • El hecho de que no introduzcas los datos de carácter personal que aparecen en el formulario como obligatorios podrá tener como consecuencia que no pueda atender tu solicitud.
  • Derechos: Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en así como el Derecho a presentar una reclamación ante una autoridad de control.
  • Puedes consultar la información adicional y detallada sobre Protección de Datos en nuestra página web, así como consultar nuestra política de privacidad.